BUENOS AIRES, 6 may (Xinhua) — Un informe mundial publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que las causas subyacentes de la mala salud a menudo se originan de factores ajenos al sector de la salud, como la falta de vivienda de calidad, educación y oportunidades laborales, informó hoy martes la Organización Panamericana de la Salud (OPS). A través de un boletín de prensa, el organismo panamericano dijo que el nuevo informe mundial sobre los determinantes sociales de la equidad en salud muestra que estos determinantes pueden ser responsables de una reducción drástica de la esperanza de vida saludable, a veces de varias décadas, tanto en países de ingresos altos como bajos. «Por ejemplo, las personas nacidas en el país con la esperanza de vida más baja vivirán, en promedio, 33 años menos que aquellas nacidas en el país con la esperanza de vida más alta. Los determinantes sociales de la equidad en salud pueden influir en los resultados de salud de las personas más que las influencias genéticas o el acceso a la atención sanitaria», indicó el boletín de la OPS. El informe muestra que América Latina y el Caribe sigue siendo la región con los niveles más altos de desigualdad en el mundo. La pandemia agravó esta situación, y en 2020 la economía regional se contrajo un 7 por ciento, la caída más pronunciada en 120 años, lo que dejó a millones de personas sin ingresos ni protección social. «Estos impactos económicos se traducen directamente en mayores niveles de mortalidad y morbilidad evitables, debido al deterioro de las condiciones laborales (por ejemplo, más del 60 por ciento de los trabajadores en América Latina y el Caribe se desempeñan en el sector informal), la vivienda y los procesos migratorios, entre otros factores», repasó la OPS. El informe también destacó que estos efectos se ven agravados por el racismo estructural y el legado persistente del colonialismo, que continúan ejerciendo un impacto negativo significativo sobre la salud y la esperanza de vida, en particular para las poblaciones indígenas y afrodescendientes. El informe reveló además que aquellas ciudades latinoamericanas que han empleado un enfoque participativo para la asignación presupuestaria en áreas como vivienda, espacios verdes y transporte, también han registrado efectos positivos tanto en la salud como en la cohesión social, a la hora de abordar algunos de estos determinantes sociales. Fin