Especial: Chino mandarín enriquece formación y vida de las infancias en Argentina
BUENOS AIRES, 17 abr (Xinhua) — El aprendizaje del chino mandarín forma parte del día a día entre niños de una escuela primaria bilingüe argentino-china en esta capital, donde las infancias se convierten en protagonistas de un vínculo cultural que trasciende fronteras. En el marco del Día de la Lengua China, que se celebra cada 20 de abril por decreto de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la experiencia de la Escuela Bilingüe Argentino-China No. 28, ubicada en la ciudad argentina de Buenos Aires, cobra relevancia como ejemplo de integración lingüística y cultural desde los primeros años. La convivencia de ambas lenguas y culturas se expresa en cada rincón del edificio con carteleras, canciones, juegos y señalizaciones pensadas en español y en chino, creando un entorno bilingüe y multicultural donde lo cotidiano refleja la integración. El aprendizaje del idioma chino mandarín desde la infancia representa «ampliar horizontes permanentemente», sostuvo a Xinhua el director titular de la escuela, Fabio Velázquez, al precisar que la lengua china enriquece «inmensamente» el proceso de formación de los más pequeños. Velázquez agregó que «la cultura china aporta un montón de mensajes que a los chicos les enriquece inmensamente, desde la música, la parte artística, las plásticas, la ciencia; nosotros podemos apropiarnos de un montón de cosas que si bien también tenemos del lado del hacer iberoamericano y argentino, son tradiciones que se cruzan con las tradiciones de otra cultura más lejana». La escuela, fundada hace 10 años, es de carácter público y constituye la primera de la red bilingüe en la ciudad de Buenos Aires, así como la única de inmersión dual en toda Iberoamérica, contando actualmente con 360 estudiantes, de los cuales la mitad son chinos y la otra mitad hispanohablantes, según Velázquez. El proyecto educativo, lanzado en 2015, formó parte del Convenio Marco de Cooperación entre la Comisión de Educación de la Ciudad de Beijing y el Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El director consideró al idioma chino como un «puente» que conecta a ambas poblaciones, destacando la apropiación que los niños tanto chinos como argentinos hacen de cada cultura. «Es un recorte en lengua mandarín más simplificado, porque son muchos caracteres que se adquieren a través de estos siete años (de primaria), y esa posibilidad única que las infancias puedan integrarse con este puente comunicacional que le brinda la cultura (china)», señaló. Añadió que la velocidad del aprendizaje del idioma es más notable en los primeros años de la infancia, donde se observan avances en el corto plazo, de allí la relevancia de este tipo de proyectos educativos. «Se ve mucho más en las primeras infancias, en los chicos de entre los 6 y 9 años, donde adquieren la alfabetización en la lengua 1 y la lengua 2 y cómo se la van apropiando», expresó, al tiempo que la consideró también una experiencia personal enriquecedora. «El (niño) chino me empieza a saludar en español, el hispano saluda en chino; es maravilloso porque los logros son diarios, a corto plazo. Si bien va a ser a largo plazo el aprendizaje de toda la lengua, en el día a día, los primeros ciclos son los que más avanzan», sostuvo. Detrás de cada clase bilingüe hay un trabajo pedagógico coordinado que sostiene la propuesta educativa de la escuela. Más allá de una traducción de los contenidos, el modelo se basa en la planificación conjunta entre un docente hispanohablante y otro sinoparlante, que enseñan en simultáneo desde sus respectivas lenguas. Esta dupla docente permite que los contenidos se aborden de manera equilibrada en español y en chino, respetando los tiempos de aprendizaje y promoviendo la exposición continua a ambas lenguas. A su vez, en la institución el bilingüismo atraviesa todos los niveles educativos, contando con un jardín de infantes para niños de cuatro y cinco años. Según Velázquez, en el primer ciclo de la primaria es fundamental para el aprendizaje de la lengua china el uso de cancioneros, juegos, pero sobre todo el énfasis está en la interacción con los chicos que hablan el mandarín. Señaló que muchos de estos sinohablantes son nacidos en Argentina, pero conservan firmemente las tradiciones y el idioma de sus familias. «El proyecto ya lleva 10 años y cada vez crece más; tenemos mucha demanda de muchas personas que quieren venir a mandar sus hijos a esta escuela», precisó el director. En Argentina, el chino mandarín se enseña también en los Institutos Confucio de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de Córdoba y, recientemente, en la Universidad de Congreso en la provincia de Mendoza. También se imparte en la Asociación Cultural Chino-Argentina (ACCA). El interés por esta lengua es creciente entre diversos sectores de la sociedad argentina, que ven en China no solo un destino geográfico que permite el crecimiento académico y profesional, sino también una cultura vastamente enriquecedora. Fin