Brasil critica aranceles de EE. UU. pero apuesta por el diálogo, afirma vicepresidente
RÍO DE JANEIRO, 3 abr (Xinhua) — El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, afirmó este jueves que, aunque el país fue afectado con la menor tasa arancelaria del «tarifazo» anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la medida sigue siendo injusta y perjudicial, aunque destacó que el Gobierno brasileño buscará el diálogo y la negociación en lugar de aplicar medidas de represalia. «No pretendemos usarla, lo que queremos hacer es diálogo y negociación», dijo Alckmin en declaraciones a la prensa, en referencia a la Ley de Reciprocidad recientemente aprobada por el Congreso brasileño. Esta legislación establece criterios para que Brasil responda a «medidas unilaterales» impuestas por otros países o bloques económicos que afecten su competitividad internacional. El vicepresidente enfatizó que Brasil no considera justa la decisión de Washington y que, la próxima semana, se llevará a cabo una reunión entre equipos técnicos para avanzar en las negociaciones. «De los diez productos que más importamos de Estados Unidos, en ocho la tasa arancelaria es cero. Brasil no es el problema. Por eso nos impusieron la tarifa más baja, pero no lo consideramos justo», señaló. Alckmin explicó que Brasil pretende fortalecer y ampliar las oportunidades de inversión y cooperación económica con Estados Unidos, basándose en la complementariedad de las cadenas de producción. Además, el vicepresidente advirtió que la decisión unilateral de Estados Unidos genera inseguridad e imprevisibilidad en el comercio internacional, lo que podría reducir las inversiones. Brasil, según Alckmin, estará atento a posibles desvíos de mercado y evaluará cualquier modificación en su política de comercio exterior. Por otro lado, consideró que el «tarifazo» podría acelerar la concreción del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), al obligar a los países sudamericanos a diversificar sus mercados. Finalmente, Alckmin calificó la estrategia de Trump de atraer empresas de vuelta a Estados Unidos como una política obsoleta. Fin