Comentario de Xinhua: Cuando Lai juega con fuego en Taiwan, no culpen al humo
BEIJING, 4 abr (Xinhua) — Los recientes ejercicios conjuntos de dos días del ejército chino alrededor de la isla de Taiwan, así como en las áreas centrales y meridionales del Estrecho de Taiwan, han enviado un mensaje inequívoco. Como han enfatizado tanto los portavoces gubernamentales como los militares, los simulacros sirvieron como una seria advertencia frente a los intentos secesionistas del líder de Taiwan, Lai Ching-te. Ninguna nación soberana hace la vista gorda ante los intentos de división territorial. China no es una excepción. Su respuesta a esas provocaciones pone de relieve un principio fundamental: es imperativo resguardar la soberanía y la integridad territorial. Desde que asumiera el cargo hace menos de un año, Lai se ha adherido obstinadamente a una postura separatista, promoviendo abiertamente la nueva teoría de los «dos Estados» e intentando buscar la independencia por la fuerza y con apoyo externo. Recientemente, el líder de la isla presentó 17 estrategias para contrarrestar las llamadas amenazas de la parte continental, junto con una retórica que retrata a la parte continental como una «fuerza externa hostil». Entre las estrategias de Lai se incluyen medidas para restringir las visitas mutuas de los residentes de la isla y de la parte continental, investigar a los residentes de Taiwan que poseen documentos de identidad de la parte continental, ampliar el alcance del escrutinio sobre los comentarios y comportamientos de los artistas taiwaneses y establecer un sistema de revisión dirigido a los intercambios religiosos, culturales y educativos a través del Estrecho. Las autoridades vinculadas con Lai han hostigado a las personas que se oponen a la «independencia de Taiwan» y piden mejorar las relaciones entre ambos lados del Estrecho. Tres cónyuges de residentes de Taiwan, procedentes de la parte continental, fueron expulsados de la isla por expresar abiertamente su apoyo a la reunificación. Las acciones de Lai confirman plenamente que no es más que un agitador, un generador de riesgos y un instigador de la guerra. Frente a estas provocaciones, la parte continental debe tomar contramedidas resueltas. La falta de respuesta constituiría un flagrante apaciguamiento de la secesión, poniendo en riesgo la legitimidad del Gobierno chino y el apoyo de su pueblo, con la paz a través del Estrecho de Taiwan pendiendo de un hilo. En este sentido, los simulacros demuestran los esfuerzos constantes de la parte continental para mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwan y salvaguardar la seguridad y el bienestar de los compatriotas en la isla. Cuanto más enérgicamente la parte continental contrarreste y castigue a las fuerzas separatistas de la «independencia de Taiwan», más prometedoras serán las perspectivas de reunificación pacífica. La posición de China siempre ha sido clara y firme: está comprometida a perseguir la perspectiva de la reunificación pacífica con la mayor sinceridad y el máximo esfuerzo. Sin embargo, si las fuerzas separatistas de la «independencia de Taiwan» provocan o intentan cruzar la línea roja, a la parte continental no le quedará más remedio que tomar medidas resueltas. La determinación de China de lograr la reunificación nacional es tan firme como una roca. Si Lai y su camarilla secesionista siguen por el camino del separatismo, esto solo conducirá a su propia desaparición. Fin